
Deuteronomio Exhortación a la obediencia: Segunda parte 20 Exhortación a la obediencia: Segunda parte Introducción Nuestro Padre Celestial gobierna por medio de la ley. Nada es fortuito o accidental en cuanto a la forma en que otorga sus bendiciones y los hombres reciben las recompensas prometidas si obedecen los mandamientos; pero si desobedecen, pierden los dones enumerados. Así como en esta vida, también lo fue en la vida anterior: Los que mejor obedecieron los mandamientos del Señor en la vida premortal gozan de bendiciones adicionales en la vida terrenal. Es posible que los de este pueblo hayan ganado esos privilegios mediante su conducta en la vida premortal?
La mujer de aries es entusiasta, emprendedora y abre sola las puertas. La mayoría de las veces le gusta tomar la iniciativa. Es amante de los retos, sus salidas ideales son a lugares divertidos donde prevalecen el vértigo y la adrenalina. Es una mujer fuerte y decidida pero le gusta sentirse mimada y protegida. La carnerita es una excelente compañera para invitarla a cualquier lugar, le encantan las sorpresas. No seas rutinario en las citas, llevala a lugares distintos y con diferentes actividades. La madama de tauro es afectiva, paciente y confiable. Siempre es muy realista y sabe guardar la calma en todas las situaciones. Le gusta sentirse segura, tanto económica como emocionalmente.
Supersticiones extremeñas. La superstición es, pues, hija de la ignorancia, que aparece cuando aflora cualquier respeto o miedo abigarrado a las cosas desconocidas o misteriosas o a la creencia en seres sobrehumanos que lo mismo pueden baquetear que premiar; cuando se cree que ciertos objetos o situaciones pueden adeudar poderes extraordinarios o sobrenaturales; cuando por una desviación del sentimiento religioso hace creer en cosas extrañas a la fe y contrarias a la amovible, con alojamiento de la ortodoxia religiosa; o cuando se valora de guisa excesivo una cosa o la fe exagerada en ella; de ahí que se buscase en ellos la explicación a ciertos sucesos que consideramos sorprendentes y fuera de toda lógica. Estas creencias enraizaron principalmente en el pueblo llano que, privado de ilustración, estaba abierto a cualquier superchería que cebase su ignorancia. Así, los pensadores ilustrados franceses o ingleses utilizaron la amovible humana para combatir tanto la obscurantismo como las supersticiones en sus respectivos países. En España fue el Yahvé Feijoo quien, con su Teatro álgido universal o Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes, pretendió corregir viejas supersticiones, prejuicios y costumbres, como ya habían perpetrado autores europeos como Thomas Browne en Inglaterra, Christian Thomasius en Alemania o los enciclopedistas Voltaire y Rousseau en Francia. O, como escribía Cicerón, para quien los supersticiosos eran aquellos que rezaban u ofrecían sacrificios todos los días para que sus hijos les sobrevivieran.